🇦🇷🇦🇷🇦🇷EL GLORIOSO “ESCUADRÓN FÉNIX”🇦🇷🇦🇷🇦🇷 Segunda Parte
- Luis Alberto Briatore

- 20 nov 2021
- 9 Min. de lectura
Murieron por Dios y por la Patria
Con un brillante desempeño y arriesgándolo todo en cada misión, los integrantes del “Escuadrón Fénix” que participaron en el conflicto del Atlántico Sur, un grupo corajudo de patriotas militares y civiles, cumplieron misiones con una particularidad, fueron combatientes que volaron en el frente de batalla sin portar armamento alguno, ni sistema de autodefensa o alerta de amenazas. Cada incursión rumbo a las islas fue de alto riesgo, penetrando en reiteradas oportunidades un espacio aéreo altamente vigilado por los ingleses en proximidades de la flota. Lo hicieron al igual que un avión de combate, a tal punto, que el 07 de junio de 1982, un Lear Jet 35A perteneciente a la Fuerza Aérea Argentina, fue alcanzado por el fuego enemigo.
Lamentablemente en este vuelo, perdió la vida quien conducía a este grupo de prohombres. Era la autoridad máxima de esta gloriosa organización, su Jefe de Escuadrón, quien dio el ejemplo, y luego la vida. Lo hizo por Dios y por la Patria, lo hizo acompañado de su equipo, junto a sus pares, en los que confiaba, su tripulación, los que cumplían estoicamente un juramento. Ellos sabían lo que arriesgaban. Sin dudas lo hicieron una y otra vez, con tremendo coraje, hasta la llegada del día fatídico en que murieron como guerreros, en un acto de combate.
La misión fatal
En una fría mañana patagónica, despegan dos Learjet 35A de la Fuerza Aérea Argentina, con los indicativos Nardo 1 y Nardo 2. Volaban simulando una incursión de una escuadrilla de aviones de combate.
Luego de ascender a 12.000 metros de altura y a la vista de los radares enemigos, el Nardo 1, matrícula T-24, siendo las 09:02de aquel triste 07 de junio, es derribado sobre el Estrecho de San Carlos, pereciendo quien era su comandante, el Vicecomodoro Rodolfo Manuel de la COLINA, junto con su tripulación, copiloto: el Mayor Juan José FALCONIER, aerofotógrafo: el Capitán Marcelo Pedro LOTUFO, operador de comunicaciones: el Suboficial Ayudante Francisco Tomas LUNA y mecánico de aeronave: el Suboficial Auxiliar Diego Antonio MARIZZA.
Previo a esta lamentable tragedia, el T-24 mantenía contacto con el Radar Malvinas, quien previo al derribo, no detecto amenaza de aviones interceptores.
Sin percatarse de un peligro invisible para un aeronave que no equipaba con un necesario sistema de autodefensa, ingresaron dentro del radio de acción del radar que guiaba a los modernos misiles Sea Dart pertenecientes al destructor HMS Exeter, el que con los blancos en pantalla y enganchados, lanzó dos de ellos sobre los indefensos Nardo 1 y 2.
Al visualizar dos fogonazos provenientes del océano, provocado por sendos misiles en aproximación directa, los que se acercaban en un fugas ascenso, el Nardo 1 avisa a Nardo 2 de la amenaza inminente, efectuando de inmediato una maniobra evasiva, la que no fue lo suficientemente efectiva para poder evitarlo. Uno de los dos misiles dio en el blanco.
La potente detonación hizo desaparecer la parte posterior del empenaje.
En un trágico desenlace, y luego de casi dos minutos de una desesperante caída en picada, la aeronave se estrelló en la Isla Borbón, al norte de la Gran Malvina. Todo sucedió, bajo el seguimiento absorto e impotente por parte de la tripulación del avión gemelo que lo acompañaba en la misión.
Líneas de un patriota que pegan de lleno en el corazón
El Vicecomodoro (PM) Juan Jose Falconier, perteneciente a la Fuerza Aérea Argentina, condecorado post mortem con la Medalla al Valor en Combate, Medalla al Muerto en Combatey Medalla a los Combatientes, cumpliendo una arriesgada misión a bordo de un Learjet 35, matrícula T-24, perteneciente al “Escuadrón Fénix”, quien fuera derribado por un misil inglés, mucho antes de este día y previo al comienzo del conflicto bélico, considerando la posibilidad cierta de morir que implica participar de una guerra, deja dos cartas, una para su amada esposa y otra para sus adorados hijos. Esta última, es una sucesión de frases emotivas, las que obraron de guía para toda la vida en esta familia aeronáutica, al dejarle como herencia un contenido lleno de valores, coraje y sobre todo, mucha Fe.
El valiente piloto militar y padre ejemplar, dejó cuatro hijos: María Alejandra de 7 años “Mononi”, Juan José "Ñequi" de 6, Eduardo de 2, María de los Ángeles de 1 y una bebe en camino. Su joven esposa, Claudia (26), estaba embarazada de María Belén.
Esta carta fue dedicada a sus hijos mayores, María Alejandra "Mononi" y Juan José "Ñequi", la que actuó de un fraternal testamento.
Encomendaba a estos niños pequeños, transmitir a sus hermanitos menores el camino a seguir en ausencia para siempre de su papá. Se trataba de un sabio mensaje, el que los guiaría a lo largo de la vida. Sucesión de palabras escritas a puño y letra, con el corazón, sobre una pequeña hoja de papel carta, la que a mí entender, luego de leerla detenidamente en varias oportunidades y hacer una profunda reflexión sobre el contenido, estoy convencido, que también fue dirigida al pueblo argentino.
A Ñequi y Mononi:
Su padre no los abandona, simplemente dio su vida por los demás, por ustedes y vuestros hijos… y los que hereden mi PATRIA.
Les va a faltar mi compañía y mis consejos, pero les dejo la mejor compañía y el más sabio consejero, a DIOS; aférrense a ÉL, sientan que lo aman hasta que les estalle el pecho de alegría, y amen limpiamente, que es la única forma de vivir la "buena vida", y cada vez que luchen para no dejarse tentar, para no alejarse de ÉL, para no aflojar. Yo estaré junto a ustedes, codo a codo aferrando el amor.
Sean una "familia", respetando y amando a mamá aunque le vean errores, sean siempre solo "uno", siempre unidos.
Les dejo el apellido: Falconier para que lo lleven con orgullo y dignifiquen, no con dinero ni bienes materiales, sino con cultura, con amor, con belleza de las almas limpias, siendo cada vez más hombre y menos "animal" y por sobre todo enfrentando a la vida con la "verdad", asumiendo responsabilidades aunque les "cueste" sufrir sinsabores, o la vida misma.
Les dejo:
– Muy poco en el orden material,
– un apellido: "Falconier", y
– a DIOS (ante quien todo lo demás no importa)
Papá
Palabras del Comandante de la Flota Británica
El Almirante Woodward, reconoció en sus memorias que había cometido un grave error, subestimar, y mucho al enemigo. Sabía de la gran diferencia tecnológica a su favor y del exigente entrenamiento al que habían sido sometidos sus hombres, pero desconocía lo que obró como un factor decisivo y desequilibrante, el potencial humano y formación del guerrero aeronáutico argentino, algo que fue imposible de predecir. Corroborándolo dijo: «Jamás pensé que sus pilotos hicieran lo que hicieron».
Probablemente, si los oponentes ingleses hubieran tomado conocimiento sobre los reiterados engaños provocados por las aeronaves del “Escuadrón Fénix”, comandadas por pilotos civiles y militares al mando de aviones de uso no bélico, por no decir diseñados para vuelos ejecutivos y fotográficos, hubiera sentido una gran vergüenza, principalmente por el enorme abismo que existía en muchos de sus tripulantes, los que no contaban con una completa preparación militar, todos eran pilotos y tripulantes argentinos, que indefensos arriesgando la vida, incursionaban al igual que el mejor avión de combate, con rumbo amenazante y directo hacia la poderosa flota enemiga. Lo hicieron una y otra vez, durante el desarrollo de las operaciones aéreas de combate, en el periodo comprendido entre el 28 de abril y 14 de junio de 1982.
Misión cumplida
El objetivo que se había impuesto fue logrado con creces. La diversión, la distracción que se convirtió en engaño, fue exitosa, provocando un enorme desgaste al gran coloso de la guerra naval mundial.
Cumplieron con una serie de tareas, las que evitaron muchos derribos, y lo más importante, facilitaron la penetración con armamento de los caza-bombarderos propios, permitieron mejorar la efectividad de muchos ataques que resultaron letales, los que hirieron casi de muerte a la flota pirata, protagonizados por otros héroes, los que iban al mando de diferentes aviones de combate pertenecientes también a la Fuerza Aérea Sur - FAS.
Con esta singular actuación, la Argentina demostró al mundo y principalmente a la aviación y armada inglesa, una manera creativa y efectiva de obstaculizar las intenciones de un poderoso enemigo, comprometiendo los escasos y poco onerosos medios aéreos que disponía tanto civiles como militares.
Estas operaciones, contribuyeron a impedir la obtención de la anhelada y necesaria “superioridad aérea” (establecer el control del aire para proporcionar libertad de acción a las fuerzas propias). Objetivo que fue alcanzado a una invalorable actuación en conjunto civil-militar, la que puso en jaque al cerco naval defensivo, impuesto por una de las flotas más poderosas del planeta, la que por aquellos días, se creía invencible ante un mal evaluado y supuesto débil oponente.
El “Escuadrón Fénix”, dio un claro ejemplo de grandeza y entrega, con la particularidad, que representaba a toda la comunidad de una raza fuerte de pilotos gauchos con sangre celeste y blanca. Fue algo nunca visto en un campo de batalla aéreo. Operaron en días donde sobraba el espíritu aeronáutico y todo trascurría en un marco de enorme camaradería, con un fuerte sentimiento patrio, el que surgía desde un corazón valiente, el de cada uno de los integrantes de este glorioso grupo de héroes alados.
Una enorme enseñanza
Este grupo de prohombres nos ha dado una lección y un ejemplo de vida a toda la sociedad argentina, acerca del camino de grandeza que debemos seguir para ser una nación prospera y respetada.
Hoy inmersos en una crisis profunda de valores, es conveniente, en la búsqueda de la mejora que todos deseamos para nuestro hermoso y rico país, analizar, valorar y difundir, el legado que dejaron estos hombres de bien. El ejemplo extraído de lo actuado sobre las gélidas aguas del Atlántico Sur, debe ser un espejo en el que nos debemos mirar orgullosos, si decidimos de una vez por todas lograr un cambio de rumbo.
Las tripulaciones que integraron al “Escuadrón Fénix” dieron cátedra en la Guerra por las Islas Malvinas, de cómo se debe trabajar en equipo entre civiles y militares, especialmente, cuando está en juego la seguridad y defensa de la soberanía nacional.
Qué bueno sería, que hechos como estos, los que seguramente les apasionaría conocer a un niño. Relatos conmovedores que llenarían de orgullo a estos pequeños argentinos en plena formación, fuesen incorporados a los libros de historia argentina enseñada en nuestras escuelas. Pero la realidad es otra, lamentablemente esta, al igual que muchas otras heroicas acciones ejemplares llevadas a cabo en cielo, mar y tierra, son conocidas y recordadas solo por los protagonistas y su entorno, realidad que resulta lamentable e inexplicable, ya que es darle la espalda a quienes entregaron la vida por todos nosotros, en una proeza pocas veces vista en la historia de las batallas modernas.
PATRIOTAS Y AERONAVES PERTENECIENTES AL “ESCUADRÓN FÉNIX”
Muchos fueron los que formaron parte del “Escuadrón Fénix” y varias fueron las instituciones y empresas que pusieron a disposición material aéreo y tripulaciones para el logro de esta inigualable hazaña, tal vez, sean más de los que se puedan imaginar.
El armado de esta efectiva organización, fue hecho en un tiempo excesivamente acotado, pero a la vez, con mucha inteligencia, muestra de ello son los resultados obtenidos.
Personal Militar y Civil convocado
Personal Militar y Civil de la FAA
27 Oficiales y 32 Suboficiales.
Personal de tripulantes convocados
Personal Militar Superior de la Reserva “Fuera de Servicio” del Escuadrón Fénix
7 Oficiales.
Personal de Tripulantes convocados
43 Alférez (Rva) y 3 Cabos (Rva).
Personal Superior y Subalterno de la Reserva en situación de Retiro de la Fuerza Aérea
2 Oficiales y 3 Suboficiales.
Personal Superior y Subalterno de la Reserva en situación de Retiro del Ejército
3 Oficiales y 2 Suboficiales.
Personal Militar Superior y Subalterno de la Reserva “Fuera de Servicio” de la Armada
1 Oficial y 1 Suboficial.
Personal Superior y Subalterno en actividad y/o baja en situación de Retiro de las Fuerzas de Seguridad y Personal Civil
Policía Federal Argentina: 5 Oficiales, 3 Suboficiales y 1 Personal Civil.
Aeronaves empleadas en el Conflicto del Atlántico Sur
Militares
1. Learjet 35 A matricula T-21
2. Learjet 35 A matricula T-22
3. Learjet 35 A matrícula T-23
4. Learjet 35 A matricula T-24
5. Learjet 35 A matricula VR-17
6. Guaraní IA 50 matricula F-34
Civiles
1. Hawker Siddeley 125 matrícula LV-ALW
2. Learjet 24 matrícula LV-JTZ
3. Learjet 24 matrícula LV-JXA
4. Learjet 25 matrícula LV-OEL
5. Learjet 25 matrícula LV-MBP
6. Learjet 35 matrícula LV-ALF
7. Learjet 35 matrícula LV-ONN
8. Learjet 35 matrícula LV-OFV
9. Learjet 36 matrícula LV-LOG
10. Cessna Citation 500 matrícula LV-MGB
11. Cessna Citation 500 matrícula LQ-TFM
12. Cessna Citation 500 matrícula LQ-MRM
13. Cessna Citation 500 matrícula LV-MMR
14. Cessna Citation 500 matrícula LV-LZR
15. Cessna Citation 500 matrícula LV-MZG
16. Mitsubishi MU-2 matrícula LV-ODZ
17. Mitsubishi MU-2 matrícula LV-OAN
18. Mitsubishi MU-2 matrícula LV-MOP
19. Swearingen Merlin III matrícula LV-MRL
20. Rockwell Turbocomander 690 matrícula LV-LMU
21. Rockwell Turbocomander 690 matrícula LV-LRF
22. Rockwell Turbocomander 690 matrícula LV-LTU
23. Rockwell Turbocomander 690 matrícula LV-LTX
24. Aerostar TS 60 matrícula LV-MDM
25. Aerostar TS 60 matrícula LV-MSN
26. Aerostar TS 60 matrícula LV-MDH
27. Aerostar TS 60 matrícula LV-MEJ
28. Aerostar TS 60 matrícula LV-MEG
29. Aerostar TS 60 matrícula LV-MEE
30. Aerostar TS 60 matrícula LV-MDE
31. Aerostar TS 60 matrícula LV-MII
Nunca los debemos olvidar
La Fuerza Aérea Argentina conmemora y rinde anualmente, un sentido homenaje a los miembros de la tripulación del Learjet 35 A matrícula T-24, el que fuera abatido en combate sobre las Islas Malvinas el 7 de junio de 1982.
Cumpliendo una deuda pendiente
Poco antes de morir, el Comodoro Carlos Alberto Pane, integrante del “Escuadrón Fénix”, lector asiduo de los relatos que publico en la mañana de cada sábado, tuvo la gentileza de indicarme con tono de total afecto, en una de las tantas devoluciones que recibí de él, que me acordará en alguna oportunidad de escribir y difundir lo actuado por este glorioso grupo valientes.
Fue un oficial que tuve el honor de conocerlo siendo cadete, como instructor en la Escuela de Aviación Militar.
Lo recuerdo como una persona muy agradable en el trato, con excelente y ocurrente sentido del humor, y sobre todo, como un destacado oficial y profesional que entregó todo a la Fuerza Aérea Argentina.
Hoy cumplo con su humilde deseo, el de poner al Escuadrón Fénix en el lugar que se merece, en lo más alto, algo que hago con gusto, porque son un ejemplo para todos los que amamos la celeste y blanca.
Por el Escuadrón Fénix y su heroica actuación, gritemos bien fuerte:
🇦🇷🇦🇷🇦🇷“VIVA LA PATRIA”🇦🇷🇦🇷🇦🇷








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