El reencuentro
- Luis Alberto Briatore

- 19 ago 2021
- 1 Min. de lectura
Luego de años soñando por este épico momento, solo el esfuerzo y un gran sacrificio hizo posible que alcanzara esta trascendente meta, disfrutándola en ese instante en su verdadera dimensión.
El lugar no podía ser mejor!!! sobre el ala de un batallador B-45 Mentor, el mismo que magistralmente me enseñó a volar.
Al bajar del primer “vuelo solo”, momento en que la emoción gobernaba mi joven alma aeronáutica, quien me había inspeccionado hacía un par de días, tuvo el gran gesto de venir a recibirme, acto merecedor de un fuerte y sentido abrazo, inmortalizado con esta hermosa foto.
Las vueltas de la vida permitió que fuésemos compañeros en difentes destinos, con quien es hoy un amigo, el Tedy Lester.
En la actualidad y luego de mucho tiempo nos volvemos a encontrar, esta vez en un lugar que se ha transformado en un punto de encuentro para pilotos que disfrutan merecidamente el “descanso del guerrero”, el Café Paris, ubicado frente a la estación de Vicente Lopez.
Cortado con medias lunas de por medio, junto a otros camaradas, recordamos infinidad de anécdotas célebres, generadoras de carcajadas y todo tipo de comentarios, las que reviven momentos inolvidables de una pasión transformada en estilo de vida.
Esta es una prueba más de que la llama del espíritu aeronáutico sigue encendida en nuestro interior con el paso del tiempo.
Un motivo más que justificado para gritar nuevamente y con mucha fuerza, como lo hicimos tantas veces: “NO HAY QUIEN PUEDA”






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