ENSEÑAR DESDE EL CIELO
- Luis Alberto Briatore
- 19 dic 2021
- 1 Min. de lectura
En una cabina casi perfecta, la de este biplaza Mirage IIIDA, empleando con destreza el tubo pitot a modo de puntero y sujetando con la mano derecha una tiza con fuerza, comandada con astucia por el anatómico bastón de mandos. Ubicado dentro de la mejor aula, la que no tiene límites, la que abarca la inmensidad de un cielo celeste y blanco soberano. Sentado en un cómodo y salvador asiento eyectable, a veces en el puesto delantero y otras en el delantero, en compañía de un aplicado alumno, el que escuchaba cada indicación atentamente.
Escribí y enseñé en un inmenso pizarrón imaginario, todo lo que había aprendido de mis maestros, los gloriosos y valientes héroes de Malvinas. Fueron infinidad de conocimientos, sabios consejos y tradiciones respetadas por décadas, buscando al trasmitirlos un solo objetivo: “Que el educando sea mejor que el maestro”.
Tuve el privilegio de poder explicar la magia de volar desde un espejismo hecho avión, experiencia que supera a todo lo que puedan imaginar, porque está más allá de las palabras
Solo fue un pequeño granito de arena, un humilde aporte, buscando mejorar y asegurar la continuidad de esta raza de guerreros del aire, porque son los únicos encargados de custodiar los cielos de nuestra Patria.
¡NO HAY QUIEN PUEDA!
¡VIVA LA PATRIA!
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