La Escuadrilla en la Fuerza Aérea Argentina
- Luis Alberto Briatore

- 3 oct 2020
- 8 Min. de lectura

Desde los primeros pasos en la Escuela de Aviación Militar como Cadete de 1° año, comenzamos a formar parte de un esquema orgánico, somos integrantes de un Pelotón a cargo del Cadete de 4° año.
En el último año de Cadete iniciamos el Curso de Aviador Militar como miembros de un Pelotón, en este caso, compuesto por Cursantes y un Instructor, los que dependen de un Jefe de Escuadrilla.
Luego de egresar como Oficiales, al comenzar la Escuela de Caza, adoptamos la organización definitiva que emplea la institución, como integrantes de un Grupo Aéreo en una Unidad Operativa.
En la Fuerza Aérea Argentina una Escuadrilla se constituye por 4 aviones, a su vez, varias Escuadrillas forman un Escuadrón, que son parte de un Grupo Aéreo. El Oficial al mando se denomina Jefe de Escuadrilla, generalmente con el grado de Capitán. Al mencionar este grado, viene a mi mente el recuerdo de una frase siempre escuchada en referencia a esta jerarquía, la que dice: “Los Capitanes son los que manejan la Brigada”, ¡Realmente es así!
Del Jefe de Escuadrilla dependen Jefe de Sección con el grado de 1° Teniente y 2 Numerales con el grado de Teniente o Alférez.
Hasta ahora nos hemos referido solo a un enfoque netamente orgánico, y creo lo más interesante está por venir, es conocer acerca de la intimidad de la Escuadrilla. Mencionaremos detalles acerca de la función que cumple dentro de un Grupo Aéreo y vínculos profesionales que unen a sus integrantes, los que jerarquizan la importancia de esta pequeña pero poderosa mini unidad aérea de combate.
El Jefe de la 1° Escuadrilla en un Escuadrón Aéreo cumple con la función de Oficial de Operaciones, es el que tiene un poder especial y muy codiciado por cierto. Lo llaman con justa razón: “el dueño del lápiz”. Es quien escribe diariamente con un fibrón, sobre un vidrio transparente el Plan de Vuelo, detallando quien vuela en esa fecha. Anota prolijamente a los integrantes de cada Escuadrilla o Sección para cada turno, horario del vuelo, frecuencia, matrícula y tema a cumplir, entre otros detalles. Esta pizarra es lo primero que observamos los Pilotos al llegar, lo hacemos mediante una rápida lectura, y desde ese momento sabemos con certeza la actividad aérea que nos espera en esa jornada.
En la Aviación de Combate, la Escuadrilla tiene un rol preponderante, la podemos considerar como el músculo que le da dinamismo y protagonismo a un Escuadrón.
Aspirar a ser Jefe de Escuadrilla exige una experiencia previa determinada en el avión que nos encontramos volando. Para llegar a este emblemático cargo, es necesario rendir una inspección, en donde se evalúa no solo las condiciones de vuelo, sino también, la capacidad en la toma de decisiones. Este importante vuelo tiene lugar con el Jefe de Escuadrón en condición de Inspector, tema en el que no se regala nada. Ocupar este cargo es muy prestigioso y no todos tienen el honor de llegar a disfrutarlo.
Solo algunos Jefes de Escuadrilla son Instructores y un grupo más selecto, forma parte del Equipo de Calidad en Vuelo, a cargo de los vuelos de inspección o también llamados de prueba, los que son solicitados por el Grupo Técnico a cargo del mantenimiento. Esto sucede cuando es necesario chequear un avión, normalmente ante una inspección de fuselaje o cambio de motor.
A cada Escuadrilla se le asigna un local u oficina dentro del edificio del Grupo Aéreo. Lugar donde todas las mañanas luego de la presentación al Jefe de Escuadrón, sus miembros se reúnen en un espacio que cuenta con un par de escritorios, un armario lleno de manuales y tablas de cálculo, sillas, adornos con diferentes motivos aeronáuticos y detalles que identifican a ese equipo de trabajo .
Esta organización es muy similar a la de una familia, donde el Jefe de Escuadrilla es responsable de sus 3 subordinados, el que se encarga de atender todos sus problemas y requerimientos, como así también lo más importante, la formación profesional.
A cada Escuadrilla se la menciona con el indicativo de vuelo del Jefe, en mi caso: Láser.
El vínculo entre sus miembros es tan fuerte luego de vivir un año de intensa actividad, que toda la vida recordaremos perfectamente quienes fueron nuestros compañeros en cada una de ellas.
Si bien la relación entre los integrantes es muy estrecha, no se trata de un lazo de amistad, si de un fuerte vínculo de camaradería, donde el respeto por el superior juega un papel preponderante en el orden con que se maneja este compacto y pequeño grupo de profesionales del aire.
Entre sus 4 miembros, las relaciones personales van más allá de lo meramente militar, extendiéndose también al ámbito familiar. Es muy normal organizar una reunión de Escuadrilla con la presencia de toda la familia para el fin de semana, con el solo motivo de juntarse y compartir. El lugar indicado para hacerlo, es el quincho del Casino de Oficiales.
También es algo tradicional, la reunión a fin de año en la casa del Jefe de Escuadrilla. Todos concurren en compañía de esposas o novias despidiendo el ciclo anual de trabajo en equipo. Comparten alguna exquisitez preparada por la esposa del Jefe, la que dicen las malas lenguas, ostenta un grado más que su marido.
Quien está a cargo de este selecto grupo, cumple un papel preponderante, tanto en las relaciones interpersonales, como en el crecimiento como Piloto de Combate de cada integrante.
Estos vínculos que se estrechan a medida que pasa el tiempo, hacen que la unión y el trabajo en equipo, mejore día a día, con una influencia directa sobre el rendimiento operativo del Grupo Aéreo.
En la Escuadrilla nunca puede faltar un equipo de mate completo, el que es utilizado a diario en rondas muy amenas con participación de todos sus integrantes. De una manera totalmente distendida, se tratan temas de interés general y operativo. Repaso de emergencias y procedimientos, lectura de algún informe de accidente en vuelo o también, la planificación de una entretenida navegación táctica prevista para el día siguiente.
Es una organización que encierra una mecánica de trabajo placentera, la que en muchos casos consolida una relación duradera para toda la vida.
En lo que respecta a la actividad aérea que cumple este grupo de Pilotos, solo en algunas oportunidades la Escuadrilla vuela junta. El cumplimiento de distintas exigencias relacionadas al adiestramiento, más específicamente, la distribución anual de tiempos y temas que permite mantenerse habilitados y listos para el combate, hace imposible mantener unida en todos los vuelos. Detalle que pareciera negativo, por el contrario, ¡Es algo muy bueno! Todos debemos estar en condiciones de volar con cualquier Jefe de Escuadrilla, un ejemplo de ello fue la guerra.
Durante la batalla aérea por nuestras Islas Malvinas, las Escuadrillas eran conformadas teniendo en cuenta la experiencia y la disponibilidad de personal para cumplir con cada misión. Esto era logrado sin seguir un patrón rígido, inclusive hubo casos donde las misiones fueron voluntarias, detalle no menor, que revela la enorme valentía y coraje de nuestros hombres, conscientes del alto porcentaje de derribos y las pocas posibilidades de supervivencia ante una eyección sobre las gélidas aguas del Atlántico Sur.
Durante el conflicto bélico, la jefatura de Escuadrilla fue ocupada por el Piloto más experimentado, y a la vez habilitado para desempeñar con esa función, sin importar la antigüedad en el grado. Quien le cubría la espalda en primer lugar, era el Jefe de Sección o N°3, el que ante cualquier imprevisto en vuelo del N°1 se hacía cargo de la formación. Luego le seguía el N°2 y por último el Numeral 4, generalmente este último, el más joven y con menos experiencia.
Otro detalle que pocos conocen, fue que hubo Oficiales Jefes con el grado de Mayor y Vice Comodoros, los que al no estar habilitados como Jefe de Escuadrilla, volaron voluntariamente como Numerales. Actitud que inyecto una importante dosis de orgullo y ánimo a los subalternos, los que esperaban tener un Jefe que dé el ejemplo.
Las edades si bien variaban, en promedio un Jefe de Escuadrilla tenía entre 32 y 38 años, un Jefe de Sección entre 27 y 31 años, y por último un Numeral 23 y 26 años.
En Malvinas, heroicos e históricos ataques, trasformaron en celebres a muchas formaciones pertenecientes a la Fuerza Aérea Sur – FAS, las que con un contundente accionar lograron poner de rodillas a la flota inglesa, expresiones surgida luego de reiterados comentarios del propio enemigo.
Se trató de plataformas lanzadas una y otra vez contra diferentes objetivos, tornando insoportable su persistente y contundente accionar. Su poder de fuego fue tremendo y devastador, mediante feroces y certeros ataques, con los que el enemigo aprendió realmente a respetarnos.
Mencionaré solo algunas Escuadrillas relacionadas a diferentes ataques, cuyos indicativos de vuelo están escritos con letras de oro y forman parte de la gloriosa Historia Aeronáutica Argentina.
Escuadrilla “ZONDA”: Portaviones Liviano (R-05) HMS INVINCIBLE.
Escuadrilla “TORNO”: Destructor Tipo 42 clase Sheffield.
Escuadrilla “ZEUS”: Destructor Tipo 42 clase Sheffield (D-118) HMS COVENTRY.
Escuadrilla “MULA”: Fragata Tipo 21 clase Amazon (F-184) HMS ARDENT.
Escuadrilla “NENE”: Fragata Tipo 21 clase Amazon (F-170) HMS ANTELOPE.
Escuadrilla “DOGO”: Buque Logístico de Desembarco (L-3005) RFA SIR GALAHAD.
Escuadrilla “MASTIN”: Buque Logístico de Desembarco (L-3505) RFA SIR TRISTAM.
Escuadrilla “MAZO”: Lancha de Desembarco FOXTROT 4.
Escuadrilla “ORO”: Destructor Tipo 42 clase Sheffield (D-88) HMS GLASGOW.
Escuadrillas “PERRO y GATO”: Fragata Tipo 12 clase Rothesay (F-126) HMS PLYMOUTH.
Escuadrillas “RUTA” y “RIFLE”: Ataque durante el DESEMBARCO BRITÁNICO.
Escuadrillas “LEO” y “ORION”: Ataque durante el DESEMBARCO BRITÁNICO.
Escuadrillas “CHISPA” y “NENE”: Ataque a PUESTO COMANDO BRITÁNICO.
Escuadrillas “HUINCA”, “LINCE y PUMA”: Ataque nocturno a MONTE KENT.
Escuadrillas “TIGRE”, “NAHUEL y Sección “FÉNIX”: Apoyo de fuego a tropa terrestre.
Sección “SOMBRA”: Derribo del HELICÓPTERO SCOUT XT 629.
Durante la guerra las Escuadrillas argentinas llevaron adelante impensados vuelos rasantes y ataques quirúrgicos, hundieron y averiaron un número significativo de buques enemigos, por aquellos días los más modernos del planeta, logrando lo que nadie había imaginado, herir el orgullo de la potencia británica.
La eficiencia de esta formación al mando de Pilotos de Combate que se encontraban excelentemente entrenados, los que en contrapartida, comandaban aviones desprovistos de una tecnología actualizada, enfrentando a un enemigo en abrumadora inferioridad de condiciones, y ante tremenda adversidad, fueron capaces de poner de rodillas al enemigo invasor.
La efectividad se basó en el perfecto uso de un arma propia, letal y desconocida. Estos patriotas con alas celestes y blancas, inmersos en un actuar guiado por valores, forjaron a sangre y fuego la reputación y prestigio de la Fuerza Aérea Argentina ante los ojos del mundo entero. La sorpresa fue tal, que pocos entendían lo que estaba sucediendo.
Con un actuar totalmente inesperado y contra los pronósticos que aseguraban una abrumadora superioridad inglesa, la que nunca existió, la valentía y el arrojo con que actuaron estos patriotas, obligó a las grandes potencias, una vez concluido el conflicto bélico, hacer una profunda revisión y reformulación de la doctrina vigente, como así también, las tácticas y estrategias empleadas, implementando cambios significativos, basados pura y exclusivamente, en el estudio y análisis de las acciones llevadas a cabo por la aviación argentina.
La diferencia desproporcionada fue igualada a fuerza de sacrificio, valor, tenacidad e ingenio, logrando que Pilotos, Tripulantes y medios de Apoyo Operativo, en un sólido y perfecto trabajo en equipo, infringieran un daño de tal magnitud a la Task Force Británica, comparable y superado al provocado durante la II Guerra mundial en su flota de superficie. De un total de 42 naves consideradas invencibles, 24 fueron hundidas o dañadas, un numero abrumador, más de la mitad de sus buques de guerra. Esta situación obligó al pedido de refuerzos de todo tipo a la principal potencia mundial, EEUU, grito de auxilio obligado, ante la imposibilidad de contener a las letales Escuadrillas, las que no cesaban de atacar, aunque el costo fuese alto.
Considero que fui un verdadero afortunado, aprendí y me crie como Piloto de Combate rodeado de estos patriotas. Muchos de ellos fueron mis Jefes de Escuadrilla, de Escuadrón, de Grupo Aéreo y Jefes de Brigada, los que siempre predicando con el ejemplo, nos marcaron el único camino a seguir a las futuras generaciones.
Para los incrédulos que por aquellos días, al escuchar el grito sagrado de: “SUBORDINACIÓN Y VALOR PARA DEFENDER A LA PATRIA”, pensaban que solo era un alarido vacío de contenido, luego de la Batalla por nuestras Islas Malvinas, no quedó ninguna duda del convencimiento de nuestros valientes guerreros, que cumplieron con honor el sagrado juramento de defender la bandera hasta perder la vida. Por todos ellos y por sus familias, gritemos con orgullo: “NO HAY QUIEN PUEDA”




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