La Escuadrilla Parte 1
- Luis Alberto Briatore

- 27 mar 2021
- 4 Min. de lectura
La Escuadrilla
En la Escuela de Aviación Militar, como cadete de primer año, formé parte de un esquema orgánico, bajo la responsabilidad de un cadete que cursaba cuarto; y pasé a ser integrante de un pelotón.
En el Curso de Aviador Militar, repetimos idéntico esquema coordinado; pero esta vez, compuesto por cuatro o cinco cursantes y un instructor de vuelo; dependiendo todos de un jefe de escuadrilla.
Ya como oficiales, en el primer año, adoptamos una estructura orgánica definitiva, dentro de la que llevamos una intensa actividad aérea. Siempre pertenecimos y perteneceremos a la “Escuadrilla”, parte constitutiva de un escuadrón, dentro de un Grupo Aéreo, el que compone el núcleo operativo a cargo de la actividad aérea.
El ataque a un objetivo está integrado por entre tres y cuatro aviones. Dicho ataque es conducido por un experimentado “Jefe de Escuadrilla”, con el grado de capitán. Al mencionar esta jerarquía, recuerdo una frase muy repetida: “Los Capitanes son los que manejan la Brigada”, ¡Realmente es así! Es lo mismo que sucede en el Grupo Aéreo, donde ellos son quienes le imprimen dinamismo.
Del jefe de escuadrilla depende el “Jefe de Sección”. Normalmente, esta jefatura la ejerce un 1° Teniente, acompañado por dos “numerales” (siendo ésta la escuadrilla), con el grado de teniente o alférez.
Esto que describo es sólo un enfoque abarcativo de lo orgánico. Lo más interesante está por venir.
Al meternos de lleno en la intimidad de la escuadrilla, encontraremos detalles relacionados con la función vital que cumple ésta dentro de nuestro nido de cóndores, el Grupo Aéreo. Allí se gesta una unión con fuertes vínculos profesionales, los que jerarquizan a esta pequeña y poderosa “mini” unidad aérea de combate.
Al jefe de la 1° escuadrilla en un escuadrón aéreo se lo llama “oficial de operaciones”, y se lo apoda: “el dueño del lápiz”. Esto se debe a que es quien planifica y escribe, diariamente, con un fibrón bien grueso, sobre un acrílico transparente, el plan de vuelo. Detalle diario de los turnos de vuelo para cada piloto. Al verlo, podemos enterarnos de quienes son los integrantes de cada escuadrilla o sección, horario del vuelo, frecuencia de radio, matrícula y tema a cumplir.
Lo primero que hacemos, como acto reflejo al llegar al Grupo Aéreo, y como fanáticos de nuestra actividad, es saber si volamos, para luego de obtener esta información fundamental, organizar nuestra agenda diaria.
Aspirar a ser Jefe de Escuadrilla exige una importante experiencia. Alcanzar este emblemático cargo, sólo es posible rindiendo una exigente inspección. Este complejo examen registra la habilidad para volar al frente de varios aviones y la manera de cómo cada piloto toma decisiones trascendentes. Es una evaluación en vuelo a cargo del Jefe de Escuadrón en condición de inspector, quien no regala nada.
Ocupar este cargo reviste prestigio, el que no todos tienen el honor de alcanzar.
Sólo algunos llegan a ser Jefes de Escuadrilla; otros pocos, instructores; y un grupo más selecto, forma parte del “Equipo de calidad en vuelo”. Este último está a cargo de los vuelos “de inspección” o, también, llamados “de prueba”. Ellos tienen lugar cuando es necesario chequear un avión, recientemente salido de una inspección de fuselaje o por cambio de motor.
Un nido con identidad propia
A cada escuadrilla se le asigna un local u oficina dentro del edificio del Grupo Aéreo. Es el punto donde nos reunimos luego de la presentación al Jefe de Escuadrón. El mobiliario allí es muy austero, pero en él no falta nada. Un par de escritorios, un armario lleno de manuales y tablas de cálculo, sillas, adornos con diferentes motivos aeronáuticos, etc. Siempre hay una serie de detalles personalizados, los que identifican a este distinguido equipo de trabajo. Este espacio es donde mora una familia operativa.
El Jefe de Escuadrilla es el responsable de sus tres subordinados; es quien está a cargo de resolver problemas, satisfacer requerimientos y lograr en aquellos una completa formación profesional.
Es muy fácil ubicar a cada escuadrilla, ya que en la puerta se le adhiere un calco con el indicativo de vuelo del jefe; en mi caso, “Láser”.
El vínculo entre los miembros es muy sólido, y se robustece a medida que trascurre el tiempo. A tal punto, que recordaremos perfectamente quienes fueron sus integrantes y detalles distintivos para toda la vida; en muchos casos, porque uno queda ligado gracias a una relación de amistad.
Dentro de estas cuatro paredes, se respira sólo buena camaradería, donde el respeto y la subordinación al superior juegan un papel preponderante; principalmente, en situaciones donde siguiendo al Líder, el grupo arriesga la vida.
Reitero, es un lugar donde se crean vínculos que fomentan la unión y el trabajo en equipo, un factor determinante en esta eficiente y poderosa organización.
Aquí, las relaciones personales van más allá de lo meramente militar, trascienden también al ámbito personal. Por eso, es corriente reunirnos en familia durante un fin de semana, con el motivo principal de compartir e integrarnos; en definitiva, conocernos cada vez más.
Dentro de las tradiciones de los aviadores militares, figura la reunión a fin de año en la casa del Jefe de Escuadrilla, a la que concurren los pilotos en compañía de sus esposas o novias. Despedimos doce meses de trabajo en equipo. Compartimos alguna exquisitez preparada con esmero por la esposa del jefe, de la que dicen las malas lenguas, ostenta un grado más que su marido.
Quien está a cargo de este selecto grupo cumple un papel preponderante, tanto en las relaciones interpersonales, como en el crecimiento de cada piloto de combate.
En la escuadrilla, nunca puede faltar un equipo de mate. “Herramienta de trabajo” que contribuye a la creación de un clima ameno y placentero, al mismo tiempo que acompaña los temas de trabajo. Esas mateadas donde, distendidamente, se abordan temas de interés general y operativo, son habituales. En esta situación, repasamos emergencias y procedimientos, leemos informes de accidentes en vuelo o, también, planificamos una navegación táctica.
Es una organización que encierra una mecánica de trabajo ideal, la que hace posible la consolidación de relaciones indestructibles.
En lo que respecta a la actividad aérea planificada, sucede algo muy peculiar, en pocas oportunidades vuelan juntos los integrantes de una escuadrilla. Todo encierra una lógica justificación. Cualquier piloto debe de estar en condiciones de volar con otro jefe de escuadrilla. Un ejemplo de ello fue la guerra.
!En solo una semana, continuamos con una interesante segunda parte¡






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