🇦🇷🇦🇷🇦🇷NUESTRA BALA DE PLATA🇦🇷🇦🇷🇦🇷
- Luis Alberto Briatore
- 12 nov 2022
- 5 Min. de lectura
Al subirnos a un avión de combate, lo primero que miramos es al asiento eyectable, pero no solo vemos un lugar donde ubicar nuestro cuerpo cómodamente para comandar a esa tremenda nave, sino también, al observarlo, apreciamos y valoramos la posibilidad que tiene de salvarnos ante una emergencia que nos puede costar la vida.
El asiento de eyección para el piloto de combate es sinónimo de tranquilidad, de tener una vía de escape segura, de contar con una vida más, la que se encuentra guardada en uno de los tantos bolsillos del buzo de vuelo, la que es como un comodín, un as bajo la manga, listo para ser utilizado cuando menos lo esperamos y más lo necesitamos.
Ningún cazador piensa en eyectarse, si, en tener la posibilidad de seguir vivito y coleando ante una delicada e irreversiblesituación, de esas que son bien jodidas, y a las consideradas casi insalvables.
Utilizarlo no es sencillo, necesitamos lucidez para hacer un uso correcto y preciso de este gran invento aeronáutico, y una vez expulsados hacia el espacio exterior, saber cómo ir superando cada etapa, durante una caída llena de incertidumbre, hasta que por fin, tocamos tierra firme sanos y salvo.
Toma de decisiones
La decisión puede ser rápida, en algunas ocasiones debemos reaccionar en milésimas de segundos ante el peligro de perder la vida frente a una situación irreversible, como sucede en un derribo, con un toque en vuelo contra otro avión, al quedar imposibilitado de controlarlo, o en una detención de motor con motor engranado, cuando sabemos que no va a reencender.
En el segundo caso, disponemos de tiempo. Esto sucede cuando el avión puede seguir volando pero es imposible aterrizarlo, como me sucedió a mi cuando el tren de aterrizaje no bajaba, o por la situación imperante, la que nos impide de llegar al lugar donde podamos tocar tierra, por influencia de factores meteorológicos, fallas, falta de combustible por impactos de la artillería antiaérea en alguno de los tanques de JP1, etc.
Cuidar nuestra integridad física
Antes de accionar el sistema que activa la secuencia de eyección, si deseamos evitar daños en la columna vertebral, es muy importante estar bien sentado. La espalda debe ir bien pegada al asiento, y la nuca del casco, apoyada en cabezal del respaldo. Esta es la única manera de resistir el embate de 12/16 “G” progresiva, factor de carga que impone el motor cohete a un cuerpo que se comporta como muerto, una vez que pasa a la inconciencia.
Manija inferior o superior
Comando inferior: Si al decidir eyectarme, el factor de carga o la “G” es extremadamente alta, esa fuerza que impide levantar los brazos Esto sucede durante una maniobra muy violenta, en la que golpeamos contra los laterales de la cabina lo que puede suceder en un tirabuzón o en un derribo. También, cuando estamos muy cerca del piso y no es posible soltar la palanca de comandos para no estrellarme contra el piso. En todas estas situaciones, es conveniente utilizar el comando bajo.
Comando superior: Si nos encontramos en vuelo estabilizado y tenemos tiempo suficiente para pensar cuando y donde debo eyectarme, siempre debemos utilizar el comando alto, el que al accionarlo con ambas manos, bajándolo en dirección al abdomen, despliega una cortina que protege el rostro, ante un violento y dañino aire de impacto, como sucedió en la eyecciones en vuelo bajo y a muy alta velocidad, en la guerra por nuestras Islas Malvinas.
Al despertar
Cualquier mortal bien entrenado y con un estado físico aceptable, en el mejor de los casos, puede resistir 9 “G”. Teniendo en cuenta este dato, la mayoría de los eyectados se desmaya en plena aceleración, dando varios tumbos en el aire en pleno estado de inconciencia. Estabilizada la caída del asiento, de manera progresiva, va recuperando los sentidos de a uno por vez.
En mi eyección, lo primero que recuperé fue el oído, escuchando el impacto del aire contra el velamen, señal de que estaba vivo. Luego, cuando el flujo de sangre volvió a ocupar las partes que habían quedado privadas de irrigación en el cerebro, recuperé la vista, el sentido más importante, ya que es el que nos permite llevar adelante una evaluación de la situación, y responder a varios interrogantes, mientras planificamos de manera muy rápida, como sortear obstáculos, para tocar tierra, de la mejor manera posible.
¿Dónde puedo caer?
Puede ser agua, árboles, montaña, tierra despejada de peligros, con viento y sin viento.
En el primer caso, debo conservar al bote salvavidas, el que se encuentra unido al piloto eyectado mediante una soga, y luego de caer al agua, hay que traerlo hacia nosotros, para subirse de alguna manera, esperando ser rescatado.
Si veo árboles bajo mis pies, debo evitarlos haciendo un manejo adecuado del velamen. La manera ejecutar esta técnica, es tirando de las diferentes cuerdas, bajando el ángulo de ataque del lado contrario al obstáculo, y de esta manera cambiar la trayectoria.
Ante la posibilidad de impactar con ramas gruesas, podemos perder la vida, ya que el velamen del paracaídas que equipa al asiento eyectable por falta de espacio, es pequeño, en consecuencia, la velocidad de caída es terriblemente alta.
Si caigo en una zona montañosa, debemos desviar la trayectoria hacia un valle, evitando la caída sobre las rocas, ubicadas en una empinada ladera.
La mejor opción es la de un campo llano, sin protuberancias en el terreno, ni obstáculos con los que pueda impactar.
Si el viento es muy fuerte, para evitar ser arrastrado por el velamen que actúa como vela, e impedir morir ahorcado, víctima de un alambrado, es importante una vez que tocamos el piso, desabrochar de inmediato la hebilla central, la que nos une con todos los correajes, quedando el cuerpo libre totalmente, evitando ser arrastrado.
¿Cómo amortiguar el tremendo golpe que se viene?
En la última etapa en cercanías del terreno, es primordial observar el horizonte como referencia, el que indicará la proximidad con la tierra, y así, prepararnos para amortiguar el fuerte impacto que se viene.
Si logramos tener una correcta apreciación de la llegada del piso hacia nosotros, la teoría dice, que debemos descomponer el impacto hacia un costado, algo muy difícil de determinar y ejecutar, lo digo por experiencia propia.
Una sana reflexión
Nadie desea usar el asiento eyectable, pero siempre imaginamos como hacerlo de la mejor manera posible, planteando diferentes casos hipotéticos. A muy pocos se le cumple esta remota posibilidad indeseada, y solo para aquellos que tienen la fortuna de salvar su vida usándolo, son premiados por el fabricante del asiento, el que les otorga gratuitamente una membresía de por vida, pasando a formar parte de un club muy especial, el de los eyectados. Además, reciben una corbata, llavero, pin para solapa y por último, el documento que certifica el inolvidable hecho, por haber hecho un uso correcto de este importante sistema salvador de vidas.
Con todos los conocimientos absorbidos por nuestra mente cazadora, cada día estamos más cerca de ese vuelo solo que tanto deseamos, a los comandos de un delta pura sangre, el glorioso “Mirage Gaucho”.
🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷NO HAY QUIEN PUEDA🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
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