PARTE 1 Dogfight en un Mirage Gaucho: M-IIIC Vs M-5 Finger
- Luis Alberto Briatore

- 16 may 2020
- 17 Min. de lectura
Antecedentes y fundamentos
Para los afortunados que tuvimos la oportunidad de especializarnos en Combate Aéreo, practicándolo en distintos escenarios, dominado un avión de caza que se revuelca sobre los 3 ejes con soltura y disfrutado esa disputa entre caballeros del aire en un ring side sin límites, pienso que es lo más en la vida de un cazador de raza.
Si la palabra “arte”, en una de sus tantas acepciones: indica la capacidad o habilidad para hacer algo con excelencia y pericia, considero sin dudarlo, que un Piloto de Combate que domina la destreza de combatir contra un adversario hostil, se lo puede considerar como tal.
El Combate Cerrado se desarrolla en un ámbito acotado en trayectorias luego del cruce. Lo podemos imaginar como una gran burbuja de aire, y lo curioso, es que a la vez no tiene límites, porque esa riña se puede trasladar a cualquier parte del espacio, a elección de los agresivos oponentes.
En esta apasionante contienda, el Piloto como buen artista, cuando toma la iniciativa, dibuja distintas trayectorias, en muchos casos impredecibles para el intrigado adversario, basadas principalmente en el conocimiento de lo que puedo hacer y la creatividad directamente aplicada al como lo puedo hacer.
En este mundo tan particular, siempre existen un gran número de trucos y secretos, adquiridos a través del tiempo, con la madures que otorga la experiencia. Conocimientos que deciden una contienda, inclinando la balanza hacia la gloria o la derrota, la vida o la muerte. Motivos sobran para que los más viejos no se guarden nada, y enseñen en detalle, con mucha dedicación y paciencia a los más jóvenes, quienes un futuro próximo estarán pegados a nuestra ala cumpliendo una misión.
Estas líneas son parte de una humilde opinión personal, acerca de la manera de combatir aire-aire en un Mirage III o 5. Palabras que provienen de un Piloto que por un tiempo tuvo la gran posibilidad de operar como Caza Interceptor, volando una considerable cantidad de horas en este tipo de vuelo. También no puedo negar que la fortuna estuvo a mi lado, pudiendo aprovechar el tesoro más grande que un Piloto Argentino puede anhelar, tener el honor de aprender de los verdaderos Guerreros del Aire, los mismos que combatieron con fiereza en el Atlántico Sur, enfrentando a un enemigo infinitamente superior, llegando a ponerlo de rodillas, llevando adelante acciones heroicas.
Lo expresado, solo tiene como objetivo dar un punto de vista sobre un tema que despierta interés a muchos admiradores de la aviación de combate, los que sienten una marcada curiosidad sobre la manera que un Piloto de Caza opera un avión de alta performance, además, de interiorizarse de distintos detalles que acompañan a una vida diferente, la que mantiene la vista clavada hacia un solo lugar, la celeste y blanca.
Con respecto al vocabulario y distintas explicaciones, serán expresadas de manera sencilla y en un léxico entendible, dirigidas al apasionado amante de este tipo de vuelo, y no a camaradas expertos Pilotos con experiencia en Combate Aéreo, que seguramente exigen otra clase de tecnicismo.
Los que acumulan años de muchas fuerzas “G”, revolcándose en el aire, pueden expresarse con autoridad, dando un punto de vista sobre el “Dogfight”, traducido literalmente del inglés: “Pelea de Perros”, que en texto claro significa: “Combate Cercano” o “Combate Aéreo Cerrado”.
Para ponerlos más en foco con el tema, podemos agregar que en este tipo de enfrentamiento entre aviones sobresale el espíritu guerrero, basado fundamentalmente en la persistencia e incansable búsqueda de la ventaja sobre el rival, con la sola finalidad de abatirlo o dejarlo fuera de combate.
Lograr un derribo no es nada fácil, la tarea es ardua y para ello se utilizan ingeniosas maniobras de combate aéreo, pergeñadas en las primeras batallas aéreas protagonizadas por los Pilotos pioneros de la Primera Guerra Mundial. Maniobras perfeccionadas y adaptadas en el tiempo a la evolución tecnológica constante de los aviones de combate, en lo que respecta a performance, equipamiento, radares, contramedidas activas / pasivas y al armamento.
Buscando bucear en los orígenes de esta fascinante contienda, nos debemos introducir de lleno en la historia del Combate Aéreo. Los alemanes, franceses e ingleses, sin tácticas ni reglas, comenzaron a enfrentarse en el aire empleando aviones como un arma letal. Estos fueron los primeros esbozos en la búsqueda de la codiciada superioridad aérea. Un nuevo hito, el de luchar en un medio nunca antes empleado, permite visualizar en retrospectiva una permanente evolución, llevada adelante sin pausa en el arte de hacer combate en el cielo y entre nubes.
Por aquellos tiempos de gloria, se trataba de luchas entre aviones de diferentes bandos, donde existía un tácito código de honor. Una confrontación similar a llevada a cabo siglos atrás, por los recordados caballeros medievales. Esta vez se trataba de un medio distinto y nunca antes explotado, con armas totalmente diferentes, pero la esencia permanecía intacta. Idéntico espíritu, valores calcados y un enorme respeto por el aviador enemigo. Aunque nos sorprenda, aquellos que perdían la vida en combate, eran sepultados con los máximos honores por su adversario, ¡eran otras épocas!
Durante la Segunda Guerra Mundial, el Combate Aéreo dejo de ser una sucesión de figuras acrobáticas coordinadas, pasando a los ataques a gran velocidad, disparando para luego ascender, buscando la energía necesaria, que garantizara la continuidad del combate.
Por esos tiempos, la efectividad del armamento comenzó a tener un mayor peso específico. Los vuelos dejaron de ser individuales pasando a la modalidad utilizada por las aves migratorias, bandadas o formaciones que brindaban poder de fuego y defensa a la vez.
En la actualidad, los Pilotos siguen empleando las mismas tácticas, a diferencia, que estas fueron adaptadas a la permanente evolución tecnológica, tanto en el equipamiento y armamento, la posibilidad contar con la actualización de la situación en tiempo real, además, de una notable mejora en la performance de estas máquinas voladoras empleadas para la guerra, eso sí, ¡el alma del combate aéreo se ha mantenido intacta!, pero con matices diferentes.
La tecnología ha posibilitado que un Piloto pueda dispararle a un avión enemigo un misil a gran distancia, lo que se conoce como “Combate más allá del Alcance Visual”, en un escenario con cambios significativos, en detrimento del romanticismo añorado, que desplegaba el combate aéreo tradicional.
Para los amantes del Dogfight, que son muchos, la buena noticia es: ¡que el Combate Cerrado sigue aún vivo!
En un ambiente Multibogey, combate donde participan gran cantidad de aviones por ambos bandos, cuando las ventajas de lanzamiento y detección a larga distancia son neutralizadas por medios electrónicos o de otra naturaleza, se niega de manera directa entrar en un combate cercano.
Al combate cerrado se llega, en el caso de achicarse las distancias entre oponentes, intencionalmente o accidentalmente, pasando a una situación totalmente distinta, donde el buen uso de la tecnología en combinación con la pericia y astucia del Piloto, son las que deciden el duelo.
La diferencia entre las primeras expresiones de este arte y el Combate Aéreo actual, radica, en las pocas ocasiones que se llega al Dogfight, y cuando tiene lugar, fue luego de superar varias fases, situación que evidencia la extrema complejidad del combate aéreo por estos días, donde prima el buen uso de la tecnología sobre la muñeca que mueve eficientemente la palanca de comandos.
Introduciéndonos de a poco en la temática que les interesa, cuando hablamos de Combate Aéreo Cerrado, aparece en nuestra mente fantasiosa, la archivista película TOP GUN. Imaginamos Pilotos con una musculatura marcada por el rigor del gimnasio, los más guapos, rebeldes por naturaleza, seres sobrenaturales que mediante piruetas increíbles salen victoriosos de cualquier combate. Lamentablemente, les tengo que dar una mala noticia, ¡Nada más lejos de la realidad!, somos personas iguales a ustedes, formadas y entrenadas para cumplir un juramento, con apariencias, virtudes y defectos, similares al común de la gente.
El combate aéreo cercano y visual, es la forma de volar más hermosa y romántica para un aguerrido Cazador, quien emplea y aprovecha todos los conocimientos, experiencia y dominio sobre la performance del avión, buscando la victoria sobre su oponente. Casi que podemos afirmar, que se trata de una competencia, con un costo demasiado elevado, el juego la vida misma.
Para los amantes de estos temas y buscando una visión más realista, es importante saber que en la lucha por el aeroespacio, se trata por todos los medios negar la entrada Combate Cerrado, excepto en una situación de ventaja, donde se neutralizan las capacidades del enemigo dejándolo ciego sordo y mudo, privilegio que solo se pueden dar las potencias del primer orden o fuerzas multinacionales.
Negarse a combatir, como muchos piensan, ¡no significa falta de valentía!, por el contrario, es inteligencia en la máxima expresión. Lo importante en estos casos, es evitar perder un poderoso y oneroso avión combate, y lo más valioso: un irremplazable y experimentado Fighter o Cazador en el arte del Combate Aéreo.
¿Cuál es el paradigma del Piloto de Caza?
La contestación a esta interesante pregunta nos permite comprender en profundidad la esencia, el comportamiento y el deber ser del Piloto de Caza, para ello vemos necesario dirigir la mirada hacia las virtudes de aquellos Cazadores Precursores en el arte del Combate Aéreo:
· Frío, calculador, astuto, paciente: buscando un cabal ejemplo de ello, debemos poner la vista en un histórico del Combate Aéreo, Manfred Von Richthofen. El legendario Barón Rojo, buscaba astutamente a la presa, se descolgaba desde la mejor posición, para abatirla con eficacia y puntería. No por nada, fue el más prestigioso de los Cazadores que participaron en la Primera Guerra Mundial, con 80 aviones enemigos destruidos.
· Determinación, valor y audacia:Virtudes de las que hizo gala el Piloto británico Douglas Bader, el mítico Piloto sin piernas, el que las había perdido en un accidente haciendo acrobacia aérea. No sólo fue un líder nato que condujo grandes formaciones de caza en la Batalla de Inglaterra, durante la Segunda Guerra Mundial, sino que además, se destacó por un espíritu indomable y fiereza en el combate.
· Dotes en la conducción de hombres: virtud distintiva de Adolf Joseph Galland, Piloto de Combate y as de la aviación alemana, quien combatió hasta el final de la SGM, alcanzando más de 100 derribos. Por sus sobrados méritos, a temprana edad llego a ser General en la Luftwaffe.
De estos y muchos otros ases del Combate Aéreo, debemos imitar el coraje y la valentía que caracteriza al Piloto de Caza, como así también, innumerables tradiciones que se repiten hasta nuestros días y nos enorgullecen, muchas de ellas, con algunos toques propios aportados por cada Fuerza Aérea, las que fortalecen el espíritu aeronáutico, almas, fomentan la unión y brindan una fuerte identidad propia.
¡Comencemos con los fundamentos del combate aire-aire!
En la Fuerza Aérea Argentina, los primeros pasos como Pilotos de Combate que nos introducen en un tipo de vuelo distinto y que llega a apasionarnos, tienen lugar en la Escuela de Caza, o también llamado CB2.
Con una Cordillera de los Andes y sus picos nevados como espectador privilegiado y permanente, en un ambiente seco y estable, sin presencia de nubosidad en casi la totalidad del año, Mendoza se presenta como un lugar ideal para formar a esos jóvenes pichones de cóndor y futuros Pilotos de Caza.
En este templo de la sabiduría cazadora comienza la introducción y la práctica de las primeras destrezas en este mundo que tanto nos atrapa. La enseñanza se encuentra a cargo de experimentados Instructores.
Los Cursantes a lo largo de un año calendario, aprenden entre otras destrezas, maniobras ofensivas, defensivas y tácticas principalmente, completando en 12 meses la totalidad de los patrones de vuelo de un curso muy exigente. La Escuela de Caza culmina con los patrones de vuelo más esperados, Combate Aire-Aire y Tiro Aire-Aire.
Este importante destino, es realmente un templo de la especialidad. Por este mismo lugar impregnado de historia, pasaron casi la totalidad de los pioneros, héroes y Pilotos de Caza, aportando a su paso un granito de arena a un tesoro muy preciado y cuidado por todos, como lo es, el alto grado de profesionalismo y las tradiciones mantenidas en el tiempo por la totalidad de las Unidades de Combate.
La sala de situación, aulas y confortable bar del Grupo Aéreo, fueron y serán testigos de innumerables historias, anécdotas y enseñanzas enriquecedoras, que datan de los comienzos de la especialidad hasta nuestros días. Este simbólico lugar es donde comienza a pulirse ese diamante en bruto, dándole forma al temple, espíritu guerrero y la fortaleza para afrontar la adversidad, en definitiva, es donde se adquiere la identidad guerrera, o mejor dicho “CAZADORA”.
La frase tan sabiamente colocada en el escudo de la Escuela de Caza, sintetiza hacia donde estuvo y está orientada la formación de un Piloto de Combate: “SER MAS”.
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Comienza una nueva etapa
Posteriormente, como Piloto de Caza y miembro de un Escuadrón Operativo, es donde se profundiza el conocimiento y dominio en el arte de combatir entre aviones. La primera condición para lograrlo, es dominar la envolvente de la máquina, en lo que a performance se refiere, ¿Esto qué significa? Llegar a volarlo totalmente al límite y al mismo tiempo, hacerlo con seguridad. Conocer las fortalezas, explotándolas al máximo, como así también, evitar entrar en condiciones desfavorables que perjudiquen la actuación en vuelo.
En esta tan particular lucha aérea, nada es estático. La cabeza no puede distraerse, debe funcionar todo el tiempo resolviendo diferentes situaciones que se presentan una detrás de otra. Es necesario imaginar con cierta predicción cada maniobra como ejecutarla y cómo será la salida. En simultáneo evaluar distintas categorías de riesgos, y en segundos tomar la decisión de asumirlos o no, de cara a la siguiente maniobra, y como si esto fuera poco, volar en forma coordinada y sabiendo que está haciendo el Numeral de fierro ¡No pueden negar que es algo totalmente fascinante!
Todo sucede en una burbuja inmensa de aire, en la que el desplazamiento en la mayoría de los casos se efectúa verticalmente. No ver el piso obliga a ubicarnos especialmente ante la pérdida de referencias con respecto al terreno, situaciones donde aparece el instinto felino, a los que tiras al aire de la forma que se te ocurra y siempre caen parados. Estamos hablando de una capacidad solo adquirida con horas de asiento eyectable.
Se trata de una contienda en donde la improvisación tiene un costo excesivamente alto. Estamos frente a un desafío donde la distancia entre victoria y derrota, seguida de la búsqueda por la supervivencia, es exigua.
Existe una complejidad manifiesta en la resolución de la ecuación que tenemos frente a nosotros, esto sucede fruto de la innumerable cantidad de variantes y situaciones posibles, las que surgen de repente y debemos resolverla de antemano, para luego afrontarla.
En cada oportunidad que despegamos en una misión de defensas aérea, y desde el momento que el eco se convierte en un agresor, comenzamos a rendir un exigente examen, donde el oponente apunta exactamente al logro del mismo objetivo, “derribar”.
Con un conocimiento más acabado acerca del tema, estamos en condiciones de darle la bienvenida al “Dogfight o Combate Cerrado”.
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Un buen maestro facilita el camino
Si bien todos los Pilotos tienen condiciones innatas, el crecimiento de la habilidad y destreza potencial en mayor o menor medida, va de la mano de un actor fundamental. El encargado de entregarnos la llave del dominio total de la máquina, y a la vez, facilitar la comprensión de esta filosofía de vuelo, está en manos de una sola persona. Estamos haciendo referencia, al apreciado y respetado Instructor.
Es quien nos marca a fuego los márgenes del vuelo, la mejor forma de ejecutar todo tipo de maniobras, la manera más conveniente de acomodarnos y movernos en una poco espaciosa cabina, el orientarnos como y que debo mirar cuando estoy aferrado al adversario en la contienda, la forma más adecuada de utilizar los comandos de vuelo buscando obtener la mejor performance, etc.
Tenemos en el puesto trasero del biplaza, a quien extirpa todos los temores y errores, buscando alcanzar un desempeño con soltura y seguridad, llegando al límite de lo permitido.
Es quien abre la mente a este atrápate mundo, confesando trucos y tips que generalmente definen un combate, sin descuidar el cuidando de la nave, y lo primordial, sin que corra peligro nuestra vida. Por todos estas ayudas y aprendizajes, un Alumno y en un futuro Piloto de Caza, debe estar muy agradecido y nunca olvidarse del buen Instructor
Conozcamos el avión
Buscando meternos más de lleno en esta atrapante lucha, disfrutando de una experiencia distinta, es importante tener una idea más acabada sobre conceptos básicos, sencillos y fáciles de comprender. Le apuntamos a una persona ajena a esta actividad, que desea introducirse en el mundo del Combate Aéreo abordo de un “Mirage Gaucho”, parecido a otros pero distinto en su esencia.
Ustedes seguramente conocen muy bien a este avión, uno de los Mirage más gloriosos dentro del frondoso historial de este clásico de la aviación. Laureles gloriosamente obtenidos a fuerza de sangre derramada, durante la Guerra por nuestras Islas Malvinas.
Aunque su performance, sistemas de defensa y aviónica no hayan sido los deseados por sus valientes guerreros, el binomio Piloto-avión, sumado actitudes heroicas, lograron lo que pocos creían, luchar contra un enemigo infinitamente superior y ponerlo de rodillas.
Brillante actuación escrita con letras de oro en la historia de la aviación mundial, algo que nadie podrá borrar, orgullo nacional y distinción que los Mirage comparten con el resto de los sistemas de armas que actuaron en el Conflicto del Atlántico Sur.
En el mundo de la aviación ningún avión es perfecto, todos tienen alguna maña, síntomas o avisos que indican la antesala a un vuelo inestable o situaciones de peligro, condiciones de vuelo prohibidas o sectores donde se debe volar con especial cuidado. En la alta performance, volando frecuentemente al límite, es necesario dominar absolutamente todo, tratando de evitar desagradables y lamentables sorpresas que rozan al peligro.
Hay muchos tips a saber en este tipo de vuelo a bordo del afamado Delta, los que pueden presentan dificultades de entendimiento para un lector aficionado. La intención es darles un panorama comprensible y simplificado sobre el Combate Cerrado en este tipo de avión, donde además de no poder perder de vista al agresor, hay que saber y aprender a imaginar donde están los aviones propios y enemigos aunque no los vea, buscando mantener actualizada de la situación o big picture del combate.
Dominio de las performance, máximo aprovechamiento de la envolvente del armamento, uso adecuado del equipamiento abordo y empleo astuto de las condiciones meteorológicas, son algunos de los aspectos técnicos y tácticos a tener en cuenta. Detalles, algunos difíciles de explicar y entender, pero mediante un lenguaje más sencillo intentando ser entendible, podremos disfrutarlo y sentirnos por un momento dentro del cockpit de un mítico Mirage.
El plano propicio para el combate en el Mirage es el vertical ¿Por qué?
Si observamos un Mirage cuando pasa sobre nosotros, no cabe dudas que es un triángulo volador con una gran superficie alar, llamada ala delta, por el parecido a una letra mayúscula del alfabeto griego cuya grafía es Δ.
Perfil diseñado para el vuelo a alta velocidad, donde el ala se encuentra perfectamente perfilada al viento relativo y con un reducido ángulo de ataque. Es un tipo de perfil aerodinámico que permite una mayor maniobrabilidad a alta velocidad.
Las características aerodinámicas mencionados, se presentan inadecuadas para el vuelo a baja velocidad, donde el incremento del ángulo de ataque de semejante superficie alar, crea una resistencia tal, que a muy baja velocidad no hay potencia que alcance, buscando mantener un vuelo nivelado o un incremento de la velocidad.
Las cualidades supersónicas se deben a que el borde de ataque del ala, permanece detrás de la onda de choque generada por la nariz del avión. También cuenta para volar en velocidades superiores al 1.25 de Mach, de un dispositivo que aleja la onda de choque del compresor para que este no entre en pérdida.
Dando una explicación extremadamente simple y no tan técnica, vimos en forma generalizada, pros y contras de este perfil alar a distintos tipos de velocidad.
Este avión en Combate Cerrado enfrenta al adversario a una velocidad óptima cercana al Mach 0.93 / 1.148 km/h, y luego del cruce cabina con cabina, sube a la vertical ganando unos 20.000 pies / 6.096 metros en segundos, cambiando velocidad por altura, trayectoria que apunta directo al cielo, 90º con respecto al suelo, actitud que en los primeros vuelos de combate impresiona, y mucho.
Al llegar a la cúspide de esta maniobra, la velocidad llega a la mínima expresión, unos 110 nudos / 205 km/h. Con bastante anticipación a este valor, a los ¾ de la trepada, el Piloto normalmente inclina levemente hacia el lado que determine más conveniente, indicándole al avión hacia qué dirección deseamos que caiga, normalmente es donde se encuentra el enemigo. A continuación, el avión solo baja la nariz cruzando el horizonte, buscando nuevamente la alta velocidad, picando con una actitud de 70º a 90º. Una vez que estamos apuntando directamente al piso, con unos alerones siempre efectivos, debemos orientar el avión buscando mirar directamente al adversario, en momentos que vamos cayendo como dentro de un tubo transparente. Una vez que alcanzamos suficiente velocidad, comenzamos nuevamente a cerrar, buscando nuevamente la vertical. En un combate prolongado, al perder energía y disponiendo de menor velocidad, las maniobras tienden al plano oblicuo.
Al repetir esta maniobra, a partir del segundo cruce, vamos sacrificando energía y por ende, perdemos altura o energía potencial.
Si dibujamos esta trayectoria en una hoja de papel, el recorrido que es totalmente vertical, tiene la forma de un huevo: parte inferior describe una curva o diámetro más amplio, debido a la alta velocidad, mientras que la parte superior, una curva más cerrada debido a la baja velocidad, ¡un huevo perfecto!: con 15.000 Pies /4.572 metros en la parte inferior y hasta 38.000 pies / 11.585 metros en la parte superior. Estos parámetros hacen referencia solo al 1º cruce.
La descripción es solo un ejemplo cercano a la realidad, buscando que comprendan en que combate le conviene involucrarse los Mirage III y 5.
Detalles a tener en cuenta
1. Evitar virajes con mucha “G” en la horizontal: El motivo principal, es la rápida pérdida de velocidad, y lo más grave, mientras perdemos energía no se gana altura, quedando sin posibilidad de disponer de energía potencial que nos permita recuperar la velocidad tan necesaria y pérdida cerrando tanto. En este tipo de situación, la potencia que disponemos es inferior a la que necesitamos para poder acelerar, siempre pensando ganar velocidad. Esto sucede fruto de la gran resistencia al avance del ala delta en velocidades reducidas. Un ejemplo didáctico de lo expresado, es sacar la mano con la palma abierta contra el viento por la ventanilla del auto. A medida que voy aumentando el ángulo de la mano con respecto al aire de impacto, necesito ejercer cada vez más fuerza, si es que deseo mantenerla estática. La fuerza que hago, en un vuelo está representada por el empuje que entrega el motor, en ángulos elevados con baja velocidad, llega un punto que no alcanza el empuje disponible con respecto al que necesito, en esta situación comenzamos a perder velocidad indefectiblemente y la única manera de recuperarla es bajando la nariz, sacrificando altura y en la mayoría de los casos en un combate, resignando posición. ¡Espero haber sido didáctico!
2. Respetar la voluntad del Mirage: El avión sabe lo que quiere, tiene un fuerte carácter al maniobrar y les aseguro que le desagradan los Pilotos brutos, ¿Que quiero decir con esto?: Todas las maniobras, en especial las de alto factor de carga (con mucha “g”), el comando de profundidad es conveniente utilizarlo mediante movimientos progresivos. Única manera de emplear los comandos para percibir avisos que nos da el avión sobre situaciones desagradables que pueden suceder de inmediato. Si luego del aviso, persistimos cerrando y manteniendo el nivel de exigencia aerodinámica, un llamado a la reflexión típico, es negarse a continuar con la maniobra, por ej: ¡El avión se niega a seguir virando! y nos encontramos por debajo de los 280 nudos. Si seguimos cerrando con mucha “G” y no aflojamos presión en los comandos, luego de recibir la advertencia, es muy probable que entre en “tirabuzón”.
Si esto sucede en pleno combate, además de caer derrotado en la paz y en la guerra ser derribado, corremos el riesgo de perder el avión y de eyectarnos, en el caso de no ejecutar correctamente las consignas de recuperación, prevista para el tirabuzón.
Para tener una idea más cabal de lo que estamos hablando, si llegamos a entrar en tirabuzón, teniendo en cuenta que el Mirage cae como un piano, se produce un descenso brusco sin mucho control, donde normalmente se pierden entre 10.000 pies / 3.048 metros, a 15.000 pies / 4.572 metros mínimo
No es habitual que suceda lo que estoy comentando si usamos correctamente los comandos de vuelo, de hecho, quien les escribe y la mayoría de los mirageros, nunca entraron en tirabuzón. Teniendo mucho que ver sobre este último punto, el empleo del simulador de vuelo, en el que todos y sin excepción practicamos mucho la recuperación de esta peligrosa maniobra.
3. No es conveniente cortar la postcombustión a baja velocidad con mucha altura y menos cuando la nariz esta guiñando: el compresor puede entrar en pérdida por enmascaramiento de las tomas de admisión de aire, situación en que se produce una gran turbulencia o se interrumpe el flujo de entrada de aire al motor de manera brusca. Es como si se ahogara por falta de aire mientras hay una gran entrega de combustible en un motor que se encuentra a full de potencia con no mucho ingreso de aire. El cambio de presión de manera brusca, producido por el corte de la postcombustión en esas delicadas condiciones, probablemente termine en una pérdida de compresor.
Además de pegarnos un susto bárbaro, por las fuertes vibraciones que afectan a todo el avión, sumado a un muy desagradable ruido donde parece que el motor se rompe, es necesario actuar rápidamente si queremos salir de esa situación como de ahogo. La acción correcta es ejecutar en forma rápida la maniobra de recuperación. Consiste en reducir a ralentí y picar el avión en forma decidida, buscando velocidad para que ingrese un mayor flujo de aire al motor, condición que permite salir de la pérdida del compresor y recuperar el funcionamiento normal del motor.
Si esto sucede en un combate, nos transformamos un blanco fácil e indefenso, segura víctima de un ingenuo derribo.
4. ¿Cómo confirmo un derribo en un vuelo de entrenamiento?: En la paz, el Combate Aéreo o Dogfight no se puede cobrar víctimas, ya que solo nos estamos entrenando. En condiciones de lanzamiento real, es necesario disponer de medios tecnológicos que permitan confirmar un derribo, para que una vez en tierra, durante la reunión posterior al vuelo o diebrifing, poder analizar la información obtenida por sensores/filmaciones. Este es el tipo de material que se utiliza como prueba del derribo, además de efectuar un pormenorizado análisis, obteniendo: enseñanzas, experiencias y conclusiones de lo acontecido.
En la paz volamos con misiles de ejercicio, idénticos a los de guerra pero sin carga explosiva ni propulsante, los que reproducen las condiciones de detección del blanco y lanzamiento, idénticas a un misil de guerra.
En primer término recibimos una señal audible, indicando que nos encontramos en condiciones de lanzamiento, además, al presionar la cola del disparador que activa el lanzamiento del misil, se registran las condiciones al momento de la salida, información que es analizada en tierra. Algo parecido sucede con los cañones, donde si el piper / hotline, simbología de puntería que dispone el Piloto, se encuentra sobre el fuselaje durante 3 segundos con la cola del disparador presionada, es considerado derribo. En este caso, también se produce un registro de comprobación, similar al obtenido durante el lanzamiento de misiles.
























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