SECRETOS DE UN VUELO ALUCINANTE
- Luis Alberto Briatore

- 3 jul 2021
- 8 Min. de lectura
Buena técnica y mucha práctica
Antes de salir a volar en formación, es importante dedicarle tiempo a un minucioso repaso del vuelo completo, momento más que oportuno para despejar todas las dudas. Comenzamos a describir cada maniobra con una hábil utilización de las manos, maquetas o el antiguo y útil pizarrón.
Apelando a una frondosa imaginación tridimensional que nos caracteriza a los pilotos, dibujamos mediante una mente apasionada por el vuelo diferentes maniobras acrobáticas a ser ejecutadas en un cielo limpio, el que siempre nos está esperando.
Si analizamos la trayectoria de cada maniobra, notamos que todas describen recorridos circulares, unas en la vertical, otras horizontalmente o combinando ambos sentidos.
Este es un negocio donde el Líder con determinación marca el camino, y quienes lo acompañan lo hacen en abriendo surcos en el aire idénticos, apenas desplazados lateramente, ubicación relativa que obligan emplear un empuje y deflexión en los comandos de vuelo distintos en relación a quien vuela al frente de la formación.
En las “maniobras verticales”, como lo es un rizo o looping, es más sencillo de comprender lo que acabamos de expresar.
En figuras las “horizontales”, todo cambia, dependiendo si nos encontramos formados del lado de afuera o de adentro de la maniobra.
Al volar un círculo más amplio o por afuera de la trayectoria que describe el Guía, por una cuestión matemática y física a la vez, es necesario colocar mayor empuje e incrementar la deflexión en los comandos de vuelo para mantenernos correctamente formados, por el contrario, si lo hacemos por adentro de la trayectoria, describiremos un círculo menor, donde nos sobra potencia, causa más que justificada para reducir, afectando también al empleo de los alerones, los que son menos exigidos que los del Líder.
Lo más conveniente en todos los casos, es formar en el mismo plano del N°1, evitando grandes variaciones de motor que desestabilizan tanto el pilotaje y deslucen la llamativa estética de la maniobra.
Con respecto a la variación de potencia al formar de un lado o del otro, está en relación directa con la cantidad de grados de inclinación y velocidad de giro con que se ejecute la maniobra.
En un tipo de vuelo donde la armonía es una condición ineludible, la muñeca de quien se encuentra al frente de la formación, debe moverse de manera progresiva y siempre aplicando “g” positiva, obteniendo a cambio dos importantes beneficios: que los Numerales formen cómodos y que la maniobra salga a la perfección.
Reconociendo la posición correcta
Dentro del ABC del vuelo en formación, es primordial adoptar una posición estándar y sostenerla a morir. Para ello hay que mantener principalmente tres referencias:
1. “Formar sobre el ala del guía o extradós”, y por nada del mundo bajar de ese plano, principalmente cuando un cuarto avión forma de farol abajo y detrás del Guía.
2. “Mantenernos lateral al empenaje”, observando a 90° de nuestra posición la bandera argentina
3. “La separación lateral es de unos dos metros”, si tomamos la proyección entre las líneas imaginarias que unen las punteras de alas del Guía con respecto a la del Numeral.
A este tipo de formación los gauchos del cielo la hemos bautizado con el nombre de “ciega”, y es la que utiliza la Fuerza Aérea Argentina para formar y ejecutar maniobras de acrobacia con más de un avión.
Al comunicarnos en este tipo de vuelo, lo hacemos solo por señas. Cuando el Líder coloca su antebrazo izquierdo tapando sus ojos, todos los aviones que lo rodean debemos pasar de inmediato y sin dudarlo a formación ciega.
La maniobra más fácil de entender
Para un neófito en la materia el rizo o looping se presenta como el dibujo hecho en el aire más fácil de comprender.
Cuando el Líder extiende el dedo índice de la mano izquierda con el puño cerrado y describe un círculo, es la señal inequívoca que indica: “vamos para rizo”.
En esta vistosa figura solo se aplica presión de palanca atrás e imperceptiblemente con alerones corregimos los errores en separación lateral.
Es la maniobra de acrobacia en formación donde se debe hacer más fuerza con el brazo derecho, ya que se aplica desde un comienzo y en forma progresiva 3,5 g hasta ir aflojando esa presión y llegar al invertido con 2 g.
Es uno de los dibujos que más se disfruta como piloto, principalmente cuando captamos esa imagen fotográfica en el preciso momento que todos los aviones pasan por el invertido, la que representa al verdadero mundo del revés.
¡Vamos para tonel!
Se trata de un círculo completo en el plano horizontal al que debemos dividirlo en dos partes, con el objeto de entender la técnica de formación para el avión numeral.
Lado de adentro: posición que identificamos cuando el Líder gira hacia nuestro lado.
Al describir nuestro avión una trayectoria menor a la del N°1, reducimos la potencia de manera suave y decididamente para no adelantarnos.
Durante el periodo inicial de aprendizaje, es la posición que más aprensión provoca, ya que pareciera que el avión Guía se nos viene encima.
Lado de afuera: aquí giramos formados en la parte de arriba de la maniobra.
En este caso, al describir un recorrido mayor o por afuera de la trayectoria del Líder, necesitamos dar potencia suavemente hasta llegar hasta los 90° de inclinación, donde se produce un cambio abrupto en las condiciones.
Punto de cambio: al superar los 90° de viraje, pasamos de formar del lado de afuera a hacerlo del lado de adentro, y este es el punto clave en donde de dar empuje pasamos a reducir el acelerador en un instante !Algo nada sencillo!
En estas maniobras las neuronas se esfuerzan al máximo buscando la coordinación, pensando en simultáneo en el movimiento del acelerador y los comandos de vuelo en perfecta armonía, siempre siguiendo al avión que preside este coordinado valet aéreo.
Al tonel se lo considera una de las maniobras más complicas para aprender, pero también, una de las más bellas y la que nos hace sentir mejor al momento de finalizarla, cuando lo hacemos perfectamente formados.
En la intimidad de la cabina
Volando como instructor desde el puesto trasero, podemos apreciar otra clase de detalles. Cuando podemos desviar algo la atención observamos un atractivo espectáculo. Vemos como las manos del alumno protegidas por guantes de tela y cuero, húmedos de sudor, varían permanentemente la posición del acelerador de manera inquieta y permanente, aun con el avión estático. Las extremidades superiores ejecutan todo el tiempo, alocados y a la vez precisos movimientos.
En relación a este singular comportamiento, una de las palabras más utilizadas en la jerga de los vuelos en formación es “serruchar”. Movimiento ejecutado por el piloto con el acelerador hacia adelante y hacia atrás, variando la potencia de manera continúa buscando estabilidad en la posición, movimiento continuo que hace recordar a un laborioso carpintero cuando utiliza enérgicamente su principal herramienta. La cantidad de serruchadas depende de cada piloto, algunos mueven el acelerador lo justo y necesario, otros se destacan por ser serruchadores compulsivos, variaciones que son acompañadas por acordes de un motor que aumenta y disminuye las revoluciones de manera permanente
TIPs a tener en cuenta
Si los afortunados y osados que incursionan en este tipo de vuelo, desean hacerlo de la mejor manera posible, siempre es saludable anticiparnos a los inconvenientes que pueden llegar a surgir en vuelo, conociéndolos de antemano, además de las consecuencias y soluciones a cada caso en particular:
· Formar excesivamente cerca: no es mejor formar encimado, como algunos equivocadamente creen. Si lo hacen, sufrirán un efecto llamado succión. Apreciamos de inmediato una sensación incómoda. Nuestro avión es atraído o chupado por el avión al que estamos formando, como si estuviera embrujado, efecto que se produce sin mover los comandos de vuelo. La primera vez sentirán un poco temor y sorpresa, luego de aprender la lección, no lo harán nunca más.
Para contrarrestar este fenómeno aerodinámico, no hay que entrar en pánico. Inclinamos imperceptiblemente hacia afuera suavemente, sin romper la formación, apartándonos de las terribles garras de este indeseado efecto, recuperando de esta manera la posición correcta.
· Formar muy separados: en este caso necesitamos variaciones de potencia mayores, principalmente en un tonel, quedando retrasado y a la vez abierto cuando estamos del lado de afuera y nos adelantamos peligrosamente debiendo reducir la potencia en demasía del lado de adentro.
· Sobreinclinar del lado de adentro de un tonel: Esta es una de las situaciones más incómodas y riesgosas. Tapamos con el ala totalmente al Líder, e indefectiblemente es necesario “espantar” hacia afuera decididamente, aplicando mucha “g”. Esta maniobra se ejecuta de manera rápida, colocando mayor inclinación y cerrando enérgicamente. A la vez, reducimos potencia a ralentí, sacamos freno de vuelo y por último, lo más importante: una vez superado el mal trago: rezo y agradezco a la milagrosa Virgen de Loreto por protegernos una vez más.
· Volar por afuera en los rizos: además de atrasarnos, seguramente por ser una trayectoria bastante más amplia. Al describir un círculo mayor, aunque demos motor al 100%, no nos alcanzará la potencia para acercarnos al Guía.
· Empenaje roza el chorro del avión Guía: Al formar como Nº 4, en columna, debajo de la cola del Líder, si el empenaje entra en el chorro del Nº1, es el típico indicio que no estamos en la posición correcta, nos encontramos muy arriba. Sentimos una vibración muy incómoda en toda estructura. Esto sucede por efecto del aire más rápido y turbulento que expulsa la tobera del avión que tenemos encima de nosotros, provocando cierta inestabilidad en el avión que forma.
La solución: apenas percibo este efecto en los comandos de vuelo, apoyamos imperceptiblemente en profundidad. De inmediato recuperamos tanto la estabilidad, como la posición correcta. ¡Pareciera al describirlo algo dramático, pero no lo es!
Las grandes y memorables formaciones, fuente inagotable de anécdotas
A lo largo de nuestra carrera operativa, es habitual escuchar de los más experimentados, anécdotas relacionadas a este atrapante tipo de vuelo, de hechos sucedidos principalmente cuando se reúnen una gran cantidad de aviones por alguna conmemoración en particular. Se trata de un escenario de grandes magnitudes y con la participación de muchos testigos, donde los errores involuntarios quedan en evidencia y en boca de muchos. Con el tiempo se trasforman en entretenidos relatos, los que forman parte de la memoria colectiva cazadora, pasando a formar parte del folklore y cargadas aeronáuticas, muchas de ellas se recuerdan de por vida, por ser trasmitidas de generación en generación.
Estos hechos desafortunados y muchos graciosos al mismo tiempo, fueron, son y serán motivo central de infinidad de charlas en el bar de cualquier Grupo Aéreo mientras saboreamos de un café calentito, dándole un toque distinto y agradable a estas singulares reuniones no planificadas de pilotos.
Una vez que alguien rompe el hielo, comienzan a salir a la luz una catarata de episodios graciosos desempolvados del cajón de los recuerdos. Los que más disfrutan son los más jóvenes, quienes escuchan muy atentamente, memorizan cada detalle, ya que son ellos los que aseguran la inmortalidad de este mito, el que es parte de una rica tradición aeronáutica que nos caracteriza.
Otras formaciones memorables, están relacionadas a un festejo patrio o Día de la Fuerza Aérea, actos en el que dicen presente todas las unidades de la institución. Es la ocasión en la que cada Brigada hace una demostración de poder, como decimos los argentinos: “tirando toda la carne al asador”.
También podemos mencionar, la vuelta de un despliegue operativo con el típico pasaje formado sobre nuestros hogares, dando aviso de la ansiada llegada a casa. Habitualmente este vuelo bajo en formación, viene acompañado de algún regalito, principalmente para la patrona y los niños, que extrañaron la ausencia de ese querido papá volador.
Un día de Puertas Abiertas en la Brigada, es otra de las ocasiones en donde no pueden faltar los pasajes que más le gusta a la gente, el de aviones formados en vuelo bajo. Eventos que siempre quedarán en el recuerdo para los fanáticos de esta tan popular y atractiva actividad.
Con la mochila llena
Como podrán apreciar, al finalizar nuestra carrera operativa tendremos en nuestro haber infinidad formaciones para dar rienda suelta al recuerdo y mencionarlas con nostalgia. Seguramente lo haremos en reunión con camaradas durante algún asadito, en un encuentro casual con algún fanático de la vida aeronáutica, ante las preguntas de amigos curiosos y ajenos a la actividad aérea degustando un rico café, en un almuerzo familiar apelando al recuerdo en los tantos destinos recorridos, o a modo de un simpático y entretenido cuento a nuestros adorados nietos, ya como integrante del numeroso y activo equipo de los viejos cazadores.
Luego de un vuelo tan exigente, donde nuestro buzo de vuelo siempre baja de ese potente avión de caza totalmente empapado de sudor. Por haberla peleado manteniendo la posición en la Escuadrilla a morir durante tanto tiempo y por formarle muy cerca durante toda la vida a la gloriosa y querida Fuerza Aérea Argentina, creo que es la oportunidad propicia para llenar bien los pulmones de aire aeronáutico y emitir un potente alarido, gritando “NO HAY QUIEN PUEDA”.






Comentarios