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“UNA EMPUÑADURA CELESTE Y BLANCA”

  • Foto del escritor: Luis Alberto Briatore
    Luis Alberto Briatore
  • 24 oct 2021
  • 3 Min. de lectura


Primera parte

La empuñadura que están observando, pertenece a un Mirage argentino, protagonista estelar en la guerra por nuestras Islas Malvinas.

Por aquellos días, en los que certeros ataques se sucedían una y otra vez, fue tomada con fuerza por una vigorosa y decidida mano derecha, de valientes pilotos gauchos que marcaron una profunda huella.

Con fiereza y sin titubeos, agarrada con toda la anatomía de la mencionada extremidad, mediante movimientos perfectamente sincronizados, condujo a al rápido delta, con destreza y valentía, hacia el enemigo invasor.

La envestida fue extremadamente dura, pues frente a sus ojos, el piloto tenía a un poderoso Golead de la guerra. Pero esta vez, el coraje y la convicción de defender a “La Patria” pudo más, luchando en contra de una diferencia tecnología, pocas veces vista en la historia de la guerra.

Con garra, valor, pero sobretodo, con corazón, una muñeca activa logro una y otra vez vulnerar las defensas, de lo que hasta ese momento se creía como inexpugnable.

Fue una batalla totalmente desigual, y épica al mismo tiempo, no solo por los resultados, sino también, por el arrojo mostrado por nuestros soldados alados durante la dura contienda.

Muchos se preguntan al ver esta rudimentaria empuñadura:

¿Cómo esta pieza austera y de dimensiones insignificantes, puede ser acusada de causar tantos estragos en la poderosa flota inglesa?

Este pedazo de metal moldeado a la medida de la mano de un guerrero del aire, fue el instrumento quirúrgico que permitió mediante un mínimo esfuerzo físico, protagonizado por un fino dedo índice en primer término, y luego, por el vigoroso pulgar, lograr que los cañones zurcieran las superestructuras de los buques colonialistas, y a posteriori, sin hacerse esperar, provocar que las bombas se incrustaran en el corazón de decenas de poderosos navíos de guerra británicos, causando daños nunca imaginados por un enemigo embriagado de arrogancia, el que se creía indestructible, y que al mismo tiempo, desmotivado, desconocía porque realmente estaba luchando.

¡He aquí, el segundo gran interrogante!

¿Cómo el protagonismo de dos dedos pequeños, hicieron que una flota catalogada de invencible, regresara al Reino Unido disminuida en número por numerosos hundimientos, y a la vez maltrecha, con sus enormes cascos grises severamente castigados, plagados de profundas y sangrantes heridas, a causa de un feroz combate? Daño propinado a la tercera potencia, y pocas veces visto en la historia de las batallas aeronavales.

No es fácil de entender

Buscando el lado humano de esta hazaña, ante una respuesta nunca imaginada por el adversario, describiremos sensaciones de muchos momentos sublimes, los que permitirán poder encontrar una razón y la dimensión del valor que debemos otorgarles a los protagonistas, ante lo acontecido hace unas cuantas décadas atrás, de un hecho memorable, ocurrido en las gélidas y turbulentas aguas del Atlántico Sur.

Una empuñadura celeste y blanca

Empuñadura, que al momento de atacar, estaba empapada de un helado sudor guerrero, rodeada por un puño que se adosaba con fuerza al frio metal.

Empuñadura, acariciada por la mano de un héroe que corría el riesgo de entregar su vida y dejar todo por una causa noble, la de defender a “La Patria”.

Empuñadura, que percibía la enorme tensión y el miedo lógico, de un caballero alado, ante un temerario ataque donde probablemente perdería la vida.

Empuñadura, rodeada por una mano decidida, la que sin titubeos, cumplió con el !Si juro¡ frase sagrada que, con un grito emitido desde un pecho bien inflado, el que se escuchó con fuerza aquel memorable 20 de junio (día en que se jura la bandera), quien sabe de qué año.

Empuñadura, que cuando un buque ocupaba todo el ancho de una anticuada mira, fue accionada una y otra vez, buscando justicia, por la recuperación de nuestro territorio insular, el que nunca debió dejar de ser celeste y blanco.

Para ponernos en situación de lo que vivieron estos próceres y valientes custodios de los cielos argentinos, asociaremos diferentes imágenes, las que fueron seleccionadas de entre muchas.

Cada una es prueba de lo acontecido y además, es un documento histórico celosamente guardado.

Tomas con imágenes que reflejan distintos pasajes de una cruenta guerra, llevada a cabo por diferentes próceres, nuestros guerreros del aire.

Al observar este material fotográfico con tanto peso simbólico para los argentinos, buscaremos trasladarnos con la mente a los tiempos en que se ejecutaron estos mortíferos ataques, los que hicieron mella en el corazón de la flota enemiga.

Nos ubicaremos con la imaginación dentro de la pequeña cabina de un Mirage. Intentaremos imaginar lo vivido por cada patriota en esos pocos segundos de gloria, donde se jugaron la vida por nosotros y por “La Patria”.

¡En siete cortos días, disfrutaremos el desenlace de esta impactante historia!



 
 
 

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